Laura Martín Peiró. Para facilitar planificación,
organización espacio- temporal, dificultades en flexibilidad y
dificultades en el sentido de la actividad.
Debemos prestar especial atención a los siguientes aspectos:
- El lugar de trabajo:
Tiene que estar perfectamente estructurado. Con ayudas visuales (pictogramas o imágenes que faciliten la comprensión del espacio y de todo lo que tenemos en la sala). Evitar distractores que puedan desviar la atención y dificultar esta comprensión del lugar donde nos encontramos.- Nuestra actitud :
Mirada tranquila, tono de voz normal ( ni muy alto, ni muy bajo). Postura relajada. Acompañar y comprender sus acciones y movimientos. No agobiar, cada persona necesita su espacio vital y siempre hay que respetarlo. Utilizaremos Sistemas de Comunicación Aumentativa o Alternativa (SAAC), como gestos, pictogramas, o SAAC de soporte tecnológico. Iremos viendo cual es el más funcional para facilitar la comprensión y expresión del niño.
Nuestra actitud es fundamental para crear un vínculo con el niño. Este vínculo será determinante para que nuestra intervención sea un éxito y podamos ayudarle.
- Observar:
Observar sus intereses y sus necesidades. Conocer su sistema sensorial, viendo si aparece hipersensibilidad o hiposensibilidad ante determinados estímulos, que quizá para una persona sin TEA pasan desapercibidos. Observar si aparecen estereotipias ( que en ocasiones habremos de sustituir por otras acciones, acompañar o simplemente dejarlas surgir, quizá sea una forma de regularse o quizá esté experimentando ansiedad). Estamos conociendo al niño, debemos observar qué provoca esa estereotipia. Fijarnos si hay intención comunicativa y en el caso de que así sea determinar cómo la produce y si aparece contacto visual.
- Jugar:
Juegos de causa- efecto, juego circular, juego funcional y ya a un nivel más superior, juego simbólico (esto indica que está apareciendo la imaginación, el niño está siendo capaz de hacer representaciones mentales e imitar).
Una vez elaborada la valoración logopédica del niño, estableceremos los objetivos de nuestra intervención. Estos objetivos, os sugiero, que sean muy concretos. Lo más recomendable es que sean revisados a corto plazo, para poder comprobar que vamos por buen camino.
Es muy importante perseguir un aprendizaje funcional para el niño y su realización como persona en el mundo. Una vez más, el responsable de esta hazaña será el vínculo que hayamos creado con el niño.
Por último y no menos importante: los terapeutas debemos trabajar en todos los contextos donde el niño se desarrolla. El contexto familiar es muy importante. Los papás, los hermanos, los abuelos, los tíos, los primos...Todos deben formar parte de esta intervención.
Por tanto escuchar a los papás y preguntarles sus necesidades también entra dentro de nuestra intervención como logopedas. Serán agentes activos de nuestro trabajo y sin ellos no podremos conseguir facilitar la comprensión y la expresión en un mundo tan sutil y complicado al que acceder.
"Donde el lenguaje se detiene. Lo que sigue hablando es la conducta" (Françoise Dolto)